Interiorismo

Cuando hablamos de interiorismo o diseño de interiores estamos hablando de conceptos que para la mayoría de personas (aún en estos tiempos); simbolizan temas meramente estéticos, costosos y superfluos. Sin embargo el diseño de interiores va más allá que lograr un ambiente estético, armónico y agradable. Más aún cuando lo estético es tan variable según el ojo de quien lo observa.

Un buen diseño de Interiores conceptualiza un espacio respondiendo a las necesidades físicas, emocionales, funcionales, estéticas y económicas de una persona o grupo de personas.

Es conociendo las necesidades especificas del usuario que combinadas con los principios, elementos del diseño, estilo propio y experiencia logramos transformar espacios y mejorar la calidad de vida de sus usuarios, beneficiando su salud física y mental. Con el diseño de interiores y renovación de ambientes se pueden lograr éstos cambios. Un aire diferenciador, ambientes con personalidad y energía auténtica podrían ser algunos de sus resultados.

Podemos valernos de pequeños detalles como cambios de colores en paredes (psicología del color), uso de texturas, restauración de pisos y enchapes, habilitación de balcones, techos, jardines, apertura de ventanas, una adecuada selección y ubicación de muebles y mobiliario; y elementos decorativos que nos brinden más comodidad y armonía generando sensaciones de relax, de equilibrio con el entorno y hasta de alegría y armonía en los habitantes.

Lo primero que motiva a una persona para actuar es la necesidad de cambiar y todo lo que se hace para seguir este propósito se refleja inevitablemente en su entorno físico (hogar, oficina, lugar de estudio, etc).

El diseño interior de un ambiente es un proceso que presenta los mismos pasos del cambio interior en una persona. “Cuando pensamos en cambiar interiormente hay que pasar por un proceso que requiere atención, intención y tiempo para poder evolucionar y alcanzar esos objetivos personales”.

Quizá ahora nos toca valorar más los diseños de espacios flexibles que se puedan habilitar para dos o más actividades. Cuando los espacios y/o mobiliario flexibles son conceptualizados y no improvisados, además de la funcionalidad, tendremos orden, armonía y estética; lo que genera psicológicamente el bienestar esperado.